¿En qué consiste la agravante de prevalimiento?

De acuerdo a las leyes, hay ciertos delitos que cuentan con situaciones “agravantes”. Quiere decir esto que, de producirse el delito en esas circunstancias, se agravará la pena que pesa sobre quien cometiera el hecho delictivo. Por supuesto, hay muchas clases de agravantes, así que en este caso vamos a detenernos en uno de ellos, la agravante de prevalimiento.

 

¿Qué es el prevalimiento y qué supone?

El prevalimiento es una agravante que puede ser genérica o bien específica para determinados delitos, y que refiere a aquellas situaciones en las que quien comete la falta, lo hace aprovechándose de la confianza, superioridad o prestigio del que goza con respecto a la víctima, posición sin la cual le hubiera sido imposible perpetrar el hecho, si así lo entiende el juzgado.

Partiendo de esta posición ventajosa, el prevalimiento es un agravante por el cual el autor del hecho incurre en una modificación de las condiciones que permiten el mismo, desde simplemente facilitarlo hasta directamente permitirlo, lo que afectará la decisión del tribunal.

El prevalimiento como agravante genérica

El Código Penal recoge ejemplos en los que la agravante de prevalimiento podría ser genérica:

  • Prevalerse de la confianza de la víctima (amistad);
  • Prevalerse de una situación de superioridad (laboral);
  • Prevalerse de su carácter público (funcionarios públicos);
  • Prevalerse del parentesco o cercanía (familias de sangre o familiares políticos).

El prevalimiento como agravante específica

Por otro lado, el prevalimiento es una agravante de diferentes delitos incorporados al Código Penal. Para cada una de ellos, la ley señala en qué consiste el prevalimiento y sus alcances penales, dependiendo esto de la naturaleza del delito, y de la importancia del agravante.

Las agresiones sexuales, los abusos sexuales, el acoso sexual y la prostitución están entre aquellos delitos en los que el prevalimiento actúa como agravante específico, indicando el Tribunal Supremo:

 

Cualquier estado o situación que otorgue al sujeto activo una posición privilegiada respecto del sujeto pasivo de la que el primero no solamente se aprovecha, sino que es consciente de que le confiere una situación de superioridad, para abusar sexualmente de la víctima, que de esta forma no presta su consentimiento libremente, sino viciado, coaccionado o presionado por tal situación.

 

Para que efectivamente exista un prevalimiento, las posiciones de los involucrados deben ser bien manifiestas, evidentes, apreciables objetivamente, recortando la libertad de la víctima, sobre quien se ejerció el prevalimiento, volviéndole incapaz de rebelarse ante este agresor, abusador o acosador.

 

Diferencias entre prevalimiento e intimidación en los delitos contra la libertad sexual

Por último, es indispensable aclarar que es distinto el prevalimiento que la intimidación en casos de delitos contra la libertad sexual. Si se da prevalimiento, estaremos ante un delito de abusos sexuales del artículo 181.3 del Código Penal. Por otro lado, si se produce intimidación, se trataría de un delito de agresión sexual del artículo 178 del Código Penal.

Es muy probable que estés al tanto de esa diversificación por el popular juicio y posterior sentencia a La Manada, SAP Navarra 38/2018, de 20 de marzo, dictamen en el que se discutieron estos enfoques a la hora de condenar a los autores del acto.