Delitos de amenazas vs. delitos de coacciones

Si bien «amenaza» y «coacción» son términos que pueden parecerse, debemos aclarar que no son iguales. 

Mientras que una amenaza se ve como una acción que se realiza con el fin de perjudicar a alguien siempre y cuando la persona en cuestión no cumpla con lo que se le exige, una coacción es una influencia impuesta de forma física, psíquica o moral con el fin que la persona realice alguna acción en contra de su voluntad.

Sin embargo, ambos son delitos que atentan contra la libertad.

 

Diferencias entre delitos de amenazas y delitos de coacciones

La principal diferencia entre amenaza y coacción es que mientras que las coacciones van en función del actuar de la víctima, las amenazas van en función de su pensamiento y sus motivaciones. Sin embargo, es destacable que los delitos de coacción se relacionan con los delitos de amenaza. Esto se debe básicamente a que las amenazas son la base para establecer la coacción, esperándose que la persona realice lo que se pide para evitar lo que se le promete al no cumplir.

Las coacciones juegan con los miedos, buscan intimidad a la persona para lograr su fin. 

A su vez, es necesario corroborar que las amenazas sean indicadores de delitos para que se pueda proceder judicialmente. En términos sencillos: cuando las amenazas se refieren a hechos concretos que atentan contra la integridad, la vida, el honor, etc. del individuo, pueden proceder como delitos de amenazas y coacciones.

 

Amenaza y coacciones informáticas: ¿qué hacer? 

En el caso de haber sido víctimas de amenazas y coacciones, tendrás que seguir unas pautas tanto para afrontar el suceso como para evitar que vuelva a ocurrir en el futuro.

En el caso de que se trate de una ofensa o una crítica, es importante que seas capaz de diferenciar. Muchas veces la interpretación es una cosa y la intención de la persona es otra. Sin embargo, si crees que se trata de una ofensa o injuria, tendrás que cortar todo tipo de comunicación con dicha persona para no agravar más la situación.

Otra acción importante es conseguir pruebas que corroboren tu situación y para que puedan emplearse en una denuncia por coacción y amenazas.

Así mismo, cuando es un hecho que las amenazas y coacciones te están perjudicando (además de dañar tu imagen, tu dignidad, etc.), no solo debes pedir la eliminación de ese contenido de la página web en cuestión sino que también sería pertinente colocar la denuncia ante el ente que se encarga de ella.

 

Tipos de amenazas

Hoy en día, con internet, los tipos de amenazas que pueden perjudicarte son cada vez más; incluso, es probable que ya hayas sido víctima de alguna.

  • El spam o pam: Se trata de correo no deseado que ofrece enlaces engañosos con información falsa. Estos correos pueden afectar de forma negativa tu privacidad.
  • El farming: se trata del redireccionamiento de una URL para que el usuario vaya a una página maliciosa, donde tratarán de obtener su información personal para fines no tan honestos.
  • El phishing: Son correos electrónicos, aparentemente enviados por empresas verdaderas para conseguir información financiera y personal. En estos casos, es importante comprobar la dirección de correo para estar seguros que se trata realmente de la empresa en cuestión.
  • El ransomware: Se realiza por medio de programas para lograr acceder a los navegadores y una vez que se logra tener el control del sistema, piden un rescate a cambio de otorgar el control al propietario.
  • Los malaware, virus y gusanos informáticos: Se encargan de dañar el sistema operativo.
  • El spyware o troyanos: Parece un software legítimo pero no lo es, se dedica a espiar el sistema y a eliminar archivos.

 

Ponte en contacto con nosotros

Te garantizamos la mejor asesoría en relación a qué hacer y cómo proceder en los casos de amenazas y coacciones de las que fuiste (o estás siendo) víctima. 

Recuerda que la prevención es la primero. Sin embargo, si ya ha ocurrido, es importante denunciar para que no vuelva a  suceder.